martes, 13 de abril de 2010

Solamente tu.

Y allí estaba ella, postrada en una cama, con un respirador y decenas de cables saliendo por su cuerpo controlando sus constantes vitales. No sentía que estabas sentado a los pies de su cama, mirándola. No sabía que llevabas allí días y días observándola, sin atreverte a acercarte más, sin atreverte a tocarla por miedo a que algunas de esas máquinas que sostienen su vida falle y la pierdas. Mientras la contemplas aquella máquina que controla su tensión y su pulso se dispara y comienza a pitar de una manera escandalosa. Te asustas porque sabes lo que va a pasar. Te acercas corriendo a la puerta para avisar a un médico pero cuando tienes la mano en el pomo te paras y piensas si no sería mejor que terminase ya. Terminar con su sufrimiento y el tuyo. Terminar con esa agonía que soportáis los dos.

Sólo tú puedes correr o quedarte ahí observándola.

lunes, 5 de abril de 2010

Sueña

En el país de los sueños puedes ser lo que quieras. Puedes ser la reina del mundo entero, puedes poseer todos los objetos que existan y disfrutar de ellos, puedes recuperar las antiguas amistades que perdiste y que, a veces, tanto echas de menos… puedes ser feliz. Lo única pega es que los sueños no son eternos. Te despiertas y tienes que volver a esa maldita realidad en la que estás inmersa, a tu día a día, a tus desgracias, penas y desesperaciones por querer tener ese país por el que caminas cada noche. Posees unos maravillosos segundos entre un mundo y otro, unos segundos en los que sueñas despierta hasta que tu realidad, el mundo real, el mundo de los vivos te abofetea la cara y te grita al oído que tienes que despertar. Esos son los mejores segundos que vas a pasar en todo el día, aquellos en los que, aun estando despierta, sientes que aun eres la reina de ese mundo, que aun tienes todo lo que tenías cuando estabas dormida. Cuando esos segundos acaban buscas un motivo para levantarte de la cama, buscas un motivo para enfrentarte con todas tus agallas a ese cruel mundo en el que estás sumergida.

Y ese motivo es volver a ser la reina la noche siguiente.