lunes, 31 de enero de 2011

Y lo único que quiero...

Y lo único que quiero es que te des cuenta.

Y dices que nada ha cambiado... ¿Tú crees? ¿Crees que todo es igual? ¿Crees que nada ha cambiado? Por primera vez, te equivocas. ¿Cuánto tiempo hace que no estamos sentados sin nada que decir porque la sola presencia de alguna palabra estropearía el momento? ¿Cuánto tiempo hace que no me estrechas entre tus brazos cuan niña pequeña? ¿Cuánto tiempo hace que no observamos aquel astro que tanto nos fascina? ¿Cuánto tiempo hace que no me miras a los ojos durante más de tres segundos? ¿Cuánto tiempo hace que no me llevas a aquel mundo que tanto me maravilla? ¿Cuánto tiempo hace que no estamos a la luz de nuestras pantallas de ordenador diciendo mil tonterías sin sentido? ¿Cuánto tiempo hace que no fabricamos vitamina D juntos? ¿Desde cuándo te importa el tiempo? ¿Cuánto tiempo hace que…?

Y quiero gritártelo a la cara, y quiero escribirlo en la pancarta más grande y quiero que aparezca en la radio, la televisión y todos los medios informativos que se te ocurran y quiero…

Solamente lo único que quiero es que te des cuenta.

domingo, 23 de enero de 2011

La luz.

Hace 22 años se encendió una luz en el cielo. La luz era muy pequeña y brillaba muy poco. Era un pequeño punto de luz en el inmenso y negro cielo y, como a su alrededor había otras luces mucho más grandes y brillantes, no se distinguía de entre las otras.

Poco a poco la luz fue buscando su rinconcito en el enorme cielo. Encontró un rincón oscuro y apartado de los grandes cúmulos de luces y decidió que aquel sería SU rincón. A menudo se sentía sola y apartada del resto de luces pero sabía que sólo así podría brillar en todo su explendor.

En el rincón la luz fue creciendo y ganando luminosidad. Otras luces se le acercaban y crecían junto a ella pero después se marchaban, siempre se marchaban pero la visita no era en vano. De todos esos puntos de luz cogía unos destellos para ella para su crecimiento, para su brillo.

Y siguió creciendo. Y siguió brillando.

En ocasiones la luz amenazaba con apagarse pero nunca llego a extinguirse por completo y cuando volvía a brillar lo hacía con mucha más potencia que antes.

Y siguió creciendo. Y siguió brillando.

Y ahora que han pasado 22 años el pequeño rinconcito donde la pequeña luz habitaba no existe. Después de 22 años la luz os deslumbra, os fascina, os asusta. La luz es enorme, potente y majestuosa. La luz ilumina todos los rincones del firmamento.

Durante estos 22 años la luz ha aprendido a brillar, ha aprendido a crecer, ha aprendido a deslumbraros.

Y seguirá creciendo… y seguirá brillando…

lunes, 17 de enero de 2011

Doce...

-Yo sé que no lo pensé hasta después de mi Ceremonia del Doce.

-¿Qué?

-Es la última de las Ceremonias, ya sabes. A partir del Doce la edad no importa. La mayoría perdemos incluso la cuenta de los años que tenernos conforme va pasando el tiempo, aunque es un dato que está en el Registro Público y podríamos ir a mirarlo si quisiéramos. Lo importante es la preparación para la vida adulta y la formación que recibas para tu Misión.

-Ya lo sé -dijo Jonás-. Todo el mundo lo sabe.

-Pero eso significa -continuó su madre- que entrarás en un grupo nuevo. Como cada uno de tus amigos. Ya no pasarás el tiempo con tu grupo de Onces. Después de la Ceremonia del Doce, estarás con el grupo de tu Misión, con el grupo en formación. Se acabaron las horas de voluntariado, se acabaron las horas de recreación. De modo que ya no tendrás tan cerca a tus amigos.

lunes, 10 de enero de 2011

miércoles, 5 de enero de 2011

...

Curiosamente, no tengo ningún sentimiento de culpa. Antes acostumbraba a ver a las chicas que aceptaban irse a la cama con alguien por dinero como gente a la que la vida no le había dejado otra elección, y ahora veo que no es así. Yo podía decir «sí» o «no», nadie me estaba forzando a aceptar nada.

Ando por las calles, veo a las personas, ¿habrán escogido sus propias vidas? Cómo habrán sido, como yo, «escogidas» por el destino? El ama de casa que soñaba con ser modelo, el ejecutivo de banca que pensó en ser músico, el dentista que tenía un libro escondido, y al que le gustaría dedicarse a la literatura, la chica a la que le encantaría trabajar en televisión, pero todo lo que encontró fue un empleo de cajera en un supermercado.

No siento la menor pena por mí misma. Sigo sin ser una víctima, porque podría haber salido del restaurante con mi dignidad intacta y con mi cartera vacía.

Podría haberle dado lecciones de moral a aquel hombre, o haber intentado hacerle ver que ante sus ojos estaba una princesa, que era mejor conquistarla que comprarla. Podría haber adoptado un sinfín de actitudes, y sin embargo, como la mayoría de los seres humanos, dejé que el destino escogiese qué rumbo tomar.

No soy la única, aunque parezca que mi destino es más ilegal y marginal que el de los demás. Pero, en la búsqueda de la felicidad, estamos todos suspensos: el ejecutivo/músico, el dentista/escritor, la cajera/actriz, el ama de casa/modelo, ninguno de nosotros es feliz.



Paulo Coelho.

sábado, 1 de enero de 2011

2011...




 A la espera de un año lleno de deseos...





Déjà vu...


Y... ¿magia? ...... Quien sabe...=)