domingo, 7 de noviembre de 2010

Del diario de María...

Y así pasaron los años de la adolescencia de María. Se fue poniendo cada vez más atractiva, con su aire misterioso y triste, y la pretendieron muchos hombres. Salió con uno, con otro, soñó y sufrió, a pesar de la promesa que había hecho de no volver a enamorarse. En una de esas citas perdió la virginidad en el asiento trasero de un coche; ella y su novio se estaban tocando con más ardor que de costumbre, el chico se entusiasmó, y ella, cansada de ser la última virgen de su grupo de amigas, permitió que él la penetrase.

Contrariamente a la masturbación, que la llevaba al cielo, aquello sólo la dejó dolorida, con un hilo de sangre que manchó la falda y que le costó limpiar. No tuvo la sensación mágica del primer beso, las garzas volando, la puesta de sol, la música... no, no quería acordarse más de aquello.

1 comentario:

  1. Afú... me encanta. A veces yo tambien he pensado en vivir al margen de estos temas por un tiempo, pero siempre, cuando menos te lo esperas... aparece alguien que te rompe todos los esquemas, todas las promesas que te hiciste a ti mismo... te vuelves tonto, te vuelves preso de las sensaciones, de los deseos...

    Es una sensación que he llegado a odiar y a amar tanto...

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