Reyes.
El rey, que eres tú, es la pieza más importante y la debes proteger a cualquier precio. El resto de las piezas son sacrificables. Los peones son muchos e insignificantes. Las torres, los caballos, el alfil... Si llega el momento de sacrificar a la reina, sacrifícala con tal de salvar la vida del rey. Pero nunca, nunca dejes al rey al descubierto, porque si no, estarás muerto y la partida se habrá acabado.
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