sábado, 20 de febrero de 2010

El fin.

Todo se termina. Desde la vida del insecto más insignificante de la tierra que dura solamente unas horas, hasta la vida de estrella más lejana que lleva brillando decenas de miles de años. Y ahí reside la belleza de las cosas: en su fin. Si todo fuera eterno nos acabaríamos cansando de hacer siempre lo mismo, de vivir siempre lo mismo, pero no: todo, absolutamente todo, tiene un fin. Hasta lo que es más valioso para cada uno de nosotros: nuestra vida. Si. Nuestra ida también tiene un final, y solamente ese final será placentero para nosotros si conseguimos cumplir, realizar lo que hasta ahora son sueños, y lo más importante que es descubrir nuestras propias verdades. Nadar hasta lo más profundo de nuestro ser para poder darnos respuesta a nuestras propias preguntas esas que nadie nunca podrá responder por nosotros.

Por todo ello, la vida, por muchos golpes que te dé, la vida es lo más bello que tendrás jamás.

No hay comentarios:

Publicar un comentario