jueves, 18 de febrero de 2010

Mendigando.

Los mendigos son esas personas que se pasean por las calles de la ciudad o se sientan a la puerta de algún establecimiento a pedir unas monedas para comer. Las primeras veces que los ves te sorprendes e incluso avergüenzas de no darle nada. Luego ya aprendes a mirarlos con una fría indiferencia que incluso a mi me sigue resultando extraña. Pero, ¿realmente lo hacen porque lo necesitan? Reflexionando sobre ello llegué a la conclusión de que yo si lo haría si lo necesitara realmente. Si no tuviera que llevarme a la boca y no tuviera a nadie, mendigaría para poder sobrevivir. Y me di cuenta de que todos mendigamos alguna vez. No mendigamos comida, ni una taza de café caliente, ni nos sentamos con la cara sucia a la puerta de un hipermercado. Nosotros mendigamos sentimientos, acciones. Necesitamos recibir una serie de sentimientos de las personas que están a nuestro alrededor, necesitamos cariño, afecto, una sonrisa. Y las pedimos. No nos ponemos con la mano boca arriba para que nos lo den. Solamente esperamos, deseamos que la persona que está a nuestro lado se dé cuenta de lo que necesitas y te lo dé. Si lo hacen eres feliz, aunque sea un atisbo pasajero de felicidad como el mendigo que recibe una moneda y sabe que con esa moneda esta noche comerá algo, pero no sabe si mañana ocurrirá lo mismo. Si no lo hacen te sumes en la más honda de las desesperaciones porque sabes que lo necesitas para vivir.

Algunos mendigos piden unas monedas para tener algo que llevarse a la boca.
Yo mendigo abrazos para alimentar mi alma.

1 comentario:

  1. Maaaaa' ayuda xa comprar una hamburguesa, q mi alma tiene hambre...xDDDD

    (Lo siento, tenia q decirlo).

    Mendigar no es vergonzoso si se hace por necesidad :D

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