jueves, 22 de julio de 2010

La linea.

Siempre le había gustado caminar por los bordillos que delimitan los jardines con los paseos de su parque preferido. Se imaginaba entre el bien y el mal, entre la salvación y la perdición, entre dos países completamente distintos. Extendía los brazos para mantener el equilibrio y nunca caía a ninguno de los dos lados.

Ahora que ya es mayor, aun camina por esos bordillos pero no desgasta sus zapatos ni tiene que levantar los brazos para mantener el equilibrio, pero la línea sigue estando ahí, separando el bien del mal, lo que debe hacer de sus corazonadas…Ha llegado el momento de dejarse caer hacia alguno de los dos lados pues el bordillo se termina pero no sabe si quiere caminar por la suave y fresca hierba o por el pétreo y ardiente paseo.

1 comentario:

  1. Eterna lucha interna entre un lado u otro... Ya ni recuerdo cuántas veces me habré hecho yo la misma pregunta...

    ¿Sabes? Dile que compre unas deportivas... y que corra... que corra como nunca lo ha hecho, pasando de un lado a otro, sin mirar atrás, sin mirar hacia los lados, solo hacia delante, con un punto fijo en el horizonte... Dile que no dibuje líneas, puesto que no son más que ficción que nosotros mismos inventamos para limitarnos, dile que vuele...

    Dile que sea libre

    ResponderEliminar