jueves, 23 de septiembre de 2010

El balcón

Te despiertas poco a poco como cada mañana. Pasas de ese placentero sueño a la maravillosa sensación de la duermevela. Te desperezas y decides levantarte para ir al lugar preferido de la casa: el balcón.

Abres la ventana y sales. El fresco viento te da en la cara. Sonríes. Das un par de pasos inseguros y te apoyas en la barandilla. ¡Oh! Lo que ves desde allí es maravilloso e inquietante.

Al fondo las montañas. El misterioso lugar de donde procede el viento y el sol que te dan en la cara cada mañana. El lugar donde puedes ser libre. Sueñas con tu libertad. Con ver tu balcón sentada en el suave césped de esas montañas.

Y en primer plano tu ciudad. Gente caminando presurosa por las calles. Llevando como pueden sus mediocres vidas. Casa, trabajo, gimnasio y casa. De A a B y los fines de semana a C. Te acomodas con aburrimiento en la barandilla. En el fondo son como hormiguitas y hace lo que la sociedad les ha impuesto. Gente pequeña pero satisfecha con su vida. Al fin y al cabo no conocen otra cosa.

Y en el balcón tú. La reina de todos. Una reina de corazones que no tiene trono. Observando como las hormiguitas hacen su trabajo desde tu pequeño mirador. Observando como su vida es tan distinta a la tuya. Observando desde la calma y la tranquilidad de tu balcón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario