sábado, 25 de septiembre de 2010

Zapatillas

Se sacudió una de las zapatillas, que salió volando y fue a dar casi en la primera línea de espectadores, donde quedó en el suelo como un cachorrillo lisiado. Las manos de la multitud se lanzaron sobre ella ávidamente. Una la rozó, otra se la llevó, y se produjo una pugna apretada y violenta por apropiársela. La otra zapatilla no quería salírsele; el pie se había hinchado tanto que lo impedía. Se arrodilló, recibió un aviso, la desató y se la quitó. Pensó en lanzarla a la multitud, pero decidió dejarla en medio de la calzada. De pronto le invadió una oleada de desesperación mientras pensaba: Me he quedado sin zapatillas. Me he quedado descalzo.

Bajo sus pies, el asfalto estaba frío. Los restos deshilachados de sus calcetines quedaron pronto empapados. Sus pies tenían un aspecto deforme e irreconocible.
Notó que la desesperación se convertía en lástima por sus pies.

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